Juan Ontiveros Ramos era originario de la comunidad de Choréachi (Pino Gordo), municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua. Durante su vida adulta participó con su comunidad en la defensa de su territorio y los bienes naturales, fundamentalmente el bosque de pino-encino.
Un hombre joven que dedicó su vida a la defensa y resistencia de su comunidad, para lograr el reconocimiento de su territorio ancestral.
Del 2011 al 2013 trabajó en el Programa Estratégico de Seguridad Alimentaria, el cual en un primer momento consistía en la creación de sistemas captadores de agua de lluvia, así como en la construcción de pequeñas obras de mampostería para almacenar y distribuir agua en las viviendas. La segunda etapa consistiría en sembrar huertos de hortalizas y la última etapa era la creación de una reserva comunitaria de semilla, sin embargo, a finales del 2013 se intensificaron las agresiones a la comunidad y a sus autoridades: amenazas, hostigamiento, persecución y asesinatos a integrantes de la comunidad, por lo cual el programa se suspendió al año de haber iniciado, causando un agravio más a la comunidad de Choréachi.
En el año 2014 el defensor rarámuri asumió el cargo de Comisario de Policía en su comunidad. En el 2015, participó en el taller de maíz nativo al lado del defensor rarámuri Julián Carrillo Martínez, proyecto que reunió a integrantes de Choréachi y Coloradas de la Virgen para intercambiar conocimientos sobre la siembra y cosecha de los distintos tipos de maíz presentes en sus territorios. Nuevamente en ese año hubo un notable incremento de la violencia, las amenazas no cesaban y la movilidad de integrantes de la comunidad había quedado limitada.
En el cumplimiento de sus funciones como autoridad indígena, visitó por última vez la ciudad de Chihuahua el 20 de enero del 2017, para reunirse con autoridades gubernamentales incluyendo representantes de Fiscalía General del Estado y de la Unidad de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, la delegada de SEMARNAT en ese año, así como otras autoridades de diferentes niveles de gobierno. En esa reunión Juan y sus compañeros exigieron se suspendiera la extracción de madera en tanto el Tribunal Unitario Agrario, había suspendido los permisos de aprovechamiento forestal en la comunidad de Choréachi. Fueron enfáticos en denunciar la violencia de que era objeto su comunidad a pesar de contar con medidas colectivas otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El defensor regresó a su comunidad después de dicha reunión y el 31 de enero del 2017 dos hombres armados interceptaron un vehículo en el que se trasladaban Juan Ontiveros Ramos, su hermano Isidro y sus respectivas familias. Los dos fueron brutalmente golpeados, para después llevarse al defensor, al otro día fue encontrado su cuerpo sin vida.
El sueño de Juan Ontiveros Ramos, al igual que sus compañeras y compañeros de lucha, era lograr el reconocimiento de su territorio ancestral para poder vivir en paz.
¡Juan vive la lucha sigue!
#JuanVive
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